Todavía queda sitio!

Solo hay una invitación que me mataría rechazar, aunque siempre me siento tentado a hacerlo. Cada mañana, al despertarme, se me invita a vivir de verdad. Una vida de ensueño, una vida de aventura, una vida en la que reina el amor. No me llega en un sobre. La anuncia la salida del sol, el sonido de un pájaro o el aroma del café que me llega perezosamente desde la cocina. Es una invitación a vivir de verdad, a participar plenamente de esta asombrosa vida un día más…

Aceptar la invitación para acudir a la vida significa bajar de las gradas al campo de juego. Dejar de verter opiniones para verter opciones. Consiste en que las cosas nos importen lo suficiente como para dejar de pensar en ellas y de veras hacer algo al respecto. Dicho de otro modo, Jesús nos llama a que aceptemos la invitación a participar. Es como si el presidente nos llamara por teléfono y lo único tuviéramos que hacer es contestar. Es necesario que acudamos.

Además, aceptar esa invitación de la vida es contagioso. Otros nos verán y empezarán a considerar que la vida es más sorprendente y extravagante que antes. Cuando empiezas a vivir de verdad, la gente —las personas que creen que no están invitadas— empieza a ver invitaciones por todas partes, tantas como las coloridas hojas de otoño. Ya no piensa en su sufrimiento ni en su debilidad, sino en lo verdaderamente increíble que es una vida así, y también en lo poderoso que es Aquel que ofrece el banquete.

Jesús quiere que acudamos. Envía a Sus siervos para avisar a las personas que están en los caminos y los vallados, y también a los que están en las bibliotecas, que están invitados a la fiesta. A ti también te está mandando una invitación, con cada amanecer, con el canto de un pájaro, o en el aroma del café que se abre paso suavemente desde la cocina. El que te ha invitado [al banquete] es mucho más poderoso que cualquiera de los obstáculos que creamos estar enfrentando, y tiene para nosotros un solo mensaje. Se nos acerca suavemente, y nos susurra al oído: «Todavía queda sitio».