25 Feb No es necesario que seas perfecto
De Jesús
No temas la debilidad de tu naturaleza humana ni los rasgos de tu personalidad que no te gustan, porque Yo obro por medio de esas cosas para ayudarte a acudir a Mí, para que dependas de Mí. Son cosas que te ayudan a mantenerte cerca de Mí. Yo veo la humildad de espíritu, la dependencia de Mí, y eso me agrada.[wbcr_php_snippet id=”600″ ancho=”33%” tipo=”J” donde=”D”]
Me fijo antes que nada en tu corazón y sé que éste está dirigido hacia Mí y desea complacerme. Sé que tu deseo es servirme lo mejor que puedes, amarme con todo el corazón, toda la mente y toda el alma. Sin embargo, a veces fallas o piensas que fallas. A veces cometes errores, no me sigues tan de cerca como deberías o se te olvida orar. Eres o muy lento o muy rápido, andas demasiado atareado o no eres tan amoroso o generoso como piensas que deber serlo. Esos errores son parte de la naturaleza humana.
Cuando se te olvida hacer algo, fallas o cometes un error, no significa que no te vaya bien en general o que no estés tratando de hacer todo lo posible por agradarme y servirme. Siempre que hagas todo lo posible por Mí y te esfuerces por dejarte guiar por Mi Palabra lo mejor que puedas, puedes confiar en que no permitiré que comentas ningún error garrafal.
Es bueno que intentes hacerlo lo mejor que puedas, que hagas el esfuerzo y te esmeres por seguir las pautas de Mi Palabra y Mi Espíritu. Pero debes saber que cuando cometes un error o consideras que no estás a la altura de lo que se espera, a Mis ojos no es una desventaja ni un fracaso, siempre y cuando me permitas valerme de ello para instruirte y fortalecerte.
De modo que aunque cometas errores o no tengas los resultados óptimos que podrías en cierto aspecto, o no manifiestes tanto amor a los demás como deberías, no dejes que se meta el Enemigo con la condenación. Más bien, aprovecha la ocasión para humillarte ante Mí, y a medida que me buscas y sigues dependiendo de Mí. En ese caso, será una experiencia provechosa, una de la que me puedo valer para acercarte todavía más a Mí.
El proceso de transformación
Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor. …Por esto, ya que por la misericordia de Dios tenemos este ministerio, no nos desanimamos. 2 Corintios 3:18–4:1[1]
[wbcr_php_snippet id=”600″ ancho=”33%” tipo=”A” donde=”D”]Todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios, y no hay ninguno justo, no, ni uno solo. La única rectitud que posee el hombre es la rectitud que Yo le he puesto dentro: la rectitud del amor, de Mi Espíritu, de Mi verdad.
Muchas veces es una lucha seguir por la senda que te pongo delante, pues todavía estás en la carne y la carne hace guerra contra el Espíritu. Esa es la batalla que tienes que soportar durante tus días en la Tierra: dejar que Mi Espíritu gobierne tu corazón en todo momento. Sin embargo, a medida que tratas de vivir conforme a Mi Palabra, cuando tratas de obrar dejándote guiar por Mi Espíritu, sacas a relucir los frutos del Espíritu, los frutos de la vida espiritual.
[wbcr_php_snippet id=”600″ ancho=”33%” tipo=”A” donde=”I”]Aun así, es imposible que alcances toda la plenitud de la vida del Espíritu, su totalidad, hasta que te despojes de la vida de la carne e ingreses al plano espiritual[2]. Pero no te sientas mal ni culpable cuando no le des perfectamente al blanco en algún aspecto de tu vida espiritual. La meta no es alcanzar la perfección. No espero perfección de tu parte, sino que deseo que participes todo lo posible de la vida del Espíritu para que estés conectado conmigo y con Mi Espíritu.
Prosigue a la meta del supremo llamamiento que te he dado, aunque a veces tropieces o caigas. Siempre que sigas adelante, que te sigas levantando, que sigas intentándolo, habrás triunfado. Fracasas solamente cuando no te apoyas en Mí para que te ayude, o cuando no me permites que te levante y ayude después de que caíste. Cuando comprendes lo que Yo entiendo por éxito, no puede haber condenación en Mí, pues Yo no te condeno.
Destacar lo positivo
[wbcr_php_snippet id=”600″ ancho=”33%” tipo=”J” donde=”I”]No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí. Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante Su llamamiento celestial en Cristo Jesús. Filipenses 3:12–14[3]
¿Recuerdas lo que dijo Pablo justo después de su famoso lamento: «miserable de mí»?Dijo: «Gracias doy a Dios por Jesucristo, Señor nuestro.» A pesar de sus problemas, pruebas y fracasos, dio gracias a Dios, y eso lo ayudó a conservar la victoria. Luego pudo decir: «Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús.»
Debes estar agradecido por todo lo bueno. Debes enfatizar lo positivo y olvidar lo negativo. Fíjate en todo el progreso que has hecho. Estás creciendo y madurando. Pero el Enemigo te quita el gozo que hay en ello cuando ves lo que no estás haciendo. Te hace apartar la vista de las victorias y te hace ver los fracasos. No obstante, las victorias son mucho mayores que los fracasos.
Hace falta fe para no sentirse culpable.Hace falta fe para no sentirse condenado y fracasado. Hace falta fe en Mi Palabra y en el hecho de que si me sigues lo mejor que puedes, Yo estaré contento. En resumidas cuentas, todo se reduce a esto: confianza y fe en Mí.
Si tienes una opinión muy negativa de ti mismo, no serás capaz de creer que Yo puedo obrar portentos por medio de ti. No podrás confiar en que te estoy cambiando, por lo que puedes desanimarte y dejar de intentarlo. Las personas florecen cuando reciben aliento, palabras cariñosas y la motivación para creer que Yo lo haré y que las amo.
Busca lo bueno en los demás y míralos con ojos de amor y comprensión, y mira así también lo que pueden llegar a ser y sus posibilidades. Las personas se desaniman cuando no se las aprecia. Sin aprecio ni palabras de elogio, sienten ganas de darse por vencidas. Pero si alguien le dice a otra persona: «¡Estás haciendo un trabajo muy bueno! Agradezco por ti», entonces esa persona recupera las fuerzas para seguir adelante. Con frecuencia, la gente precisa que la alienten y le manifiesten un poco de aprecio, lo cual ayudará mucho para hacerla creer que está avanzando y que puede salir adelante. Lo que necesita la gente es el Evangelio forrado en cuero de zapato.
Depender de Mí
[wbcr_php_snippet id=”600″ ancho=”33%” tipo=”J” donde=”D”][Te llamé] de las tinieblas a [Mi] luz admirable[4]. No solo te saqué de las tinieblas sino que te traje a Mi familia real. Te vestí con Mi propio manto de justicia haciéndote digno de Mi reino[5]. Eres uno de Mis hijos especiales: Me perteneces y me deleito en ti.
He escogido valerme de seres imperfectos como tú para proclamar Mis alabanzas. Sé que no puedes hacer esto tan bien como quisieras. La realidad es que, sin Mi ayuda, no puedes hacerlo en absoluto. Esa brecha entre Mi llamado en tu vida y tu habilidad para responder forma parte de Mi plan. Hace que tomes aún mayor conciencia de tu absoluta insuficiencia. Como eres Mío, permito que conectes tu absoluta incompetencia con Mi total aptitud.
En vez de concentrarte en tu imperfección, haz todos los esfuerzos posibles por mantenerte conectado conmigo. Cuanto más dependas de Mis recursos, más podrás celebrar Mi majestad. En lo que sea que hagas, apóyate completamente en Mi ayuda, en experimentar el gozo y la maravilla de olvidarte de ti mismo. Si me buscas continuamente, tu rostro reflejará la luz de Mi incomparable gloria[6].
[wbcr_php_snippet id=”600″ ancho=”33%” tipo=”P” donde=”C”]
[1] NVI.
[2] Gálatas 5:16.
[3] NVI.
[4] 1 Pedro 2:9.
[5] Isaías 61:10.
[6] Sarah Young, Jesus Lives (Nashville: Thomas Nelson, 2009).